[box type=”note” border=”full” icon=”none”]
Seguramente te ha pasado que luego de terminar de almorzar, no te sientes lleno en el momento y tienes ganas de comer más. Algunos ingredientes de nuestras comidas pueden “engañar” a nuestro cuerpo y no permitir que nos demos cuenta que estamos llenos, causando un “rebote de hambre” cuya primera consecuencia es que consigamos tener una gran cintura de huevo. Pero ¿qué es lo que pasa? ¿por qué nos ocurre que no podemos deternernos? estos son los siete principales culpables que presentan en la pagina web de HombreWeb.com:
1. Tomas demasiada gaseosa/soda
Las gaseosas, tés helados y otras bebidas azucaradas son nuestra principal fuente de jarabe de maíz, convirtiéndose en casi 2/3 de nuestra ingesta anual. Una investigación de la Universidad de California en San Francisco (EE. UU.) muestra que la fructosa puede engañar a nuestros cerebros y provocarte más ganas de comer incluso cuando estás lleno. Ello se debe a que impide a nuestro cuerpo usar la leptina, la “hormona de la saciedad”, que nos dice cuándo hemos comido suficiente.
2. Comes muchas comidas enlatadas
Varias comidas enlatadas son altas en Bisfenol A (o BPA), un químico que la FDA de EE. UU. calificó como “preocupante”. La exposición al BPA puede causar cambios en la leptina que, de acuerdo a una investigación de la Universidad de Harvard, producen más ganas de comer y por tanto obesidad.
3. Tomas muy poco desayuno
Luego de investigar a 6,764 personas saludables durante casi 4 años, los investigadores descubrieron que aquellos que consumían sólo 300 calorías en el desayuno subieron casi el doble de peso que aquellos que ingerían 500 calorías o más en la misma comida. La razón: el ingerir un buen desayuno produce menos picos de nivel de azúcar e insulina en la sangre durante el día, lo que deriva en menos antojos para comer.
4. No comes ensaladas
La mayoría de nosotros no comemos suficientes verduras de hoja verde, que son ricas en vitamina B y ácido fólico y ayudan a proteger el organismo contra la depresión, fatiga y subidas de peso. En un estudio, las personas a dieta con los niveles más altos de ácido fólico en su organismo perdieron hasta 8.5 veces más peso que aquellos con los niveles más bajos. Las verduras de hoja verde tienen también un alto contenido de vitamina K, otro nutriente que regula la insulina y ayuda a controlar los antojos de comida. Las mejores fuentes son la lechuga romana, espinaca, col y achicoria.
5. No tomas té
De acuerdo a un estudio publicado en el Journal of the American College of Nutrition, la gente que toma una taza de té negro luego de ingerir alimentos altos en carbohidratos disminuyeron sus niveles de azúcar en la sangre hasta en 10% durante dos horas y media luego de la comida, lo que significa que se sintieron llenos y tuvieron menos antojos por comer más. Los investigadores atribuyen a los polifenoles del té negro el impedir el “rebote de hambre”.
6. No tomas agua
La deshidratación a menudo toma la forma de hambre. Si acabas de comer y aún sientes hambre, toma un vaso de agua antes de comer más y ve si el antojo disminuye.
7. Estás aburrido
Un grupo de investigadores de la Flinders University en Australia descubrieron que las distracciones visuales pueden ayudar contra los antojos de comida. Para ponerte a prueba, imagínate un enorme y jugoso bistec. Si de verdad estás hambriento, el bistec te parecerá apetitoso. Pero si no te parece tentador, puede que lo que necesites es cambiar de actividad, no otra comida.
[/box]
Editado por: LissaGF