Las peleas en bares son para adolescentes. Los verdaderos hombres se ganan medallas con pequeños detalles. Anda, haznos sentir orgullosos de ti.
[dropcap]1[/dropcap]Lleva un platillo. El poeta Robert Frost una vez escribió: “Las buenas cercas hacen buenos vecinos.” Es una ironía, no una receta. Un verdadero hombre llega a la comida del vecindario con una ensalada de papa. No nada más llenarás panzas, también fortalecerás los lazos. Beneficio extra: no te sentirás raro la primera vez que le pidas al vecino su podadora.
[dropcap]2[/dropcap]Acaricia su perro. Claro, te ladra como si estuvieses a punto de robarte la loza de porcelana y lo único que quieres es lanzarle un disco volador para romperle la cara. Pero no es como si te pidiéramos que sacaras a pasear a Fifi. Sólo esconde un poco de tocino en tu bolsillo.
[dropcap]3[/dropcap]Ayuda a tu vecino. Te lo garantizamos, asegurarás que te ayuden cuando lo necesites..
[dropcap]4[/dropcap]Dona algo más que dinero. Como un órgano o una tarde del domingo. Da por perdido el dinero que dones por caridad. ¿Cuándo fue la última vez que pusiste uno de tus hígados en la lista de donaciones?
[dropcap]5[/dropcap]Cocínale algo desde cero. No sales con Martha Stewart, ¿o sí? Ten ímpetu. Cualquier platillo hogareño te da acceso al corazón de cualquier mujer.
[dropcap]6[/dropcap]Canta. Afuera de la regadera por supuesto. ¿Y qué si estás sordo? Llévate la noche del karaoke. Ni siquiera Axl Rose puede interpretar a la perfección “Welcome to the jungle” en estos días. Cuanto más feo cantes, más valiente te verás.
[dropcap]7[/dropcap]Lee el periódico. Uno extranjero. No te enterarás de nada nuevo si continúas con la sección de eventos sociales de tu localidad. La distancia proporciona perspectiva. Ésta otorga sabiduría. Necesitas ambas.
[dropcap]8[/dropcap]Defiende a alguien. Si atacan a alguno de tus colegas en alguna junta, defiéndelo. Serás su héroe y el resto te verá como alguien que participa cuando es necesario.
[dropcap]9[/dropcap]Mira cómo muere un pez. No cierres la tapa de la hielera. Este es el espantoso final de tu día de pesca: un animal desesperado, envenenado por el aire que te mantiene con vida. Observa cómo se queda quieto. La naturaleza no es como la presenta Disney. Nunca más desperdiciarás comida después de atestiguar cómo es que llega a tu plato.
[dropcap]10[/dropcap]Envíale algo (con una estampilla y no un clic). Tú revisas el correo todos los días aunque no llegue nada bueno, ¿no? Ella también.
[dropcap]11[/dropcap]Demuestra tu agradecimiento, no sólo digas “gracias”. Las palabras son baratas. Guarda los audífonos y habla con el chofer; ayúdale al conserje con el bote de basura. Las verdaderas gracias se muestran con una conexión y no con un ritual vacío.
[dropcap]12[/dropcap]Cierra la boca. A la gente se le olvidará que tu amigo dijo “Canadiá” en lugar de Canadá, pero no olvidarán el sermón de geografía que le diste, profesor sabelotodo.
[dropcap]13[/dropcap]Paga la cuenta de ella… y no esperes nada a cambio. En lugar de forzar sigilosamente una frase con intenciones de conquistarla, confórmate con tu trago, asiente y sonríe. A las mujeres les encanta la confianza. Además, la caballerosidad no debería actuarse.
[dropcap]14[/dropcap]Gánate un apodo. Los grandes hombres tienen nombres falsos. Sólo piénsalo. El capitán, el lic., el maestro ¿Qué has hecho para obtener el tuyo?
Fuente: Menshealthlatam
Editado por: Lissa GF